Snape MD, Voysey M, Finn A, Bona G, Esposito S, Principi N et al. Pediatr Infect Dis J 2016; 35(4): e113-23.
El estudio tiene como objetivo evaluar la caída de anticuerpos tras la primovacunación así como el momento óptimo para la administración de una dosis de recuerdo en el segundo año de vida de la vacuna frente al meningococo B (4CMenB).
Ensayo clínico fase 2b realizado en Europa (16 centros españoles) entre los años 2009 y 2012. Los participantes habían recibido con anterioridad la vacuna 4CMenB a los 2, 4 y 6 o a los 2, 3 y 4 meses (246Con y 234Con) o a los 2, 4 y 6 meses intercaladas con las vacunas rutinarias (246Int) y recibieron una dosis de recuerdo a los 12, 18 ó 24 meses; un grupo control de participantes no vacunados con anterioridad recibieron 2 dosis de la vacuna frente al meningococo B con un intervalo de 2 meses.
Se reclutaron un total de 1588 participantes. A los 12 meses, antes de recibir la dosis de recuerdo, el porcentaje de individuos con títulos de anticuerpos (hSBA) ≥ 1:5 para cada uno de los principios activos de la vacuna (fHBP) fue del 73% en la cohorte 246Con, 85% para la cohorte 246Int, 57% para la cohorte 234Con y 13% para el grupo control; para el componente NadA la protección se conservaba en el 96% de los vacunados y se observó únicamente en el 1% del grupo control; para la PorA, la protección osciló entre el 18 y 35% de los vacunados y el 1% de los controles. A la edad de 24 meses, las proporciones bajaron a 13-22% (fHBP), 82-94% (NadA) y 7-13% (PorA) y en controles ≤4%. Después de una dosis de recuerdo a los 12 meses, más del 95% de los primovacunados presentaron títulos protectores frente a todos los componentes vacunales. Las tasas de fiebre tras la administración de la vacuna en el segundo año de vida fueron entre el 20 y 45%, siendo similares en los niños que recibieron la vacuna como cuarta o como primera dosis.
Los autores concluyen que una dosis de recuerdo en el segundo año de vida puede evitar la disminución de la protección observada tras la primovacunación. La administración a los 12 meses puede ayudar a mantener la inmunidad durante una edad de alto riesgo; la persistencia de esta respuesta requiere estudios adicionales. La proporción de niños con títulos considerados protectores durante el segundo año de vida no se vio influida por si la última dosis de la primovacunación se recibió a los 4 ó 6 meses.