El pasado jueves se confirmó la quinta muerte por tos ferina de un bebé. El pequeño, de apenas un mes, se contagió poco después de nacer. Y es que hasta que supera los primeros dos meses de vida no se les pone la primera vacuna para protegerles de esta enfermedad, de ahí que desde el pasado verano tanto los pediatras como responsables de Salud Pública apostaran por priorizar la vacunación de las embarazadas que de dar una segunda dosis a los niños de seis años que, de acuerdo con los pediatras, pueden esperar un año y si la situación de falta de vacunas contra esta enfermedad se mantiene. En esa ventana entre el nacimiento y los dos meses de la primera dosis suelen ser parientes cercanos los que le pueden transmitir la enfermedad. De ahí que en algunos países como Irlanda, Australia Alemania, Francia o Estados Unidos hayan puesto en práctica lo que se conoce como “cocooning” o estrategia de nido. Y es que, de acuerdo con los estudios, casi el 75 por ciento de los casos de tos ferina en niños pequeños son el resultado de la transmisión desde un contacto cercano. En concreto, en tres de cada 10 ocasiones es la madre la que lo transmite, como indican también las últimas revisiones científicas . Es por eso que, algunos expertos, tras el creciente número de casos acumulados a lo largo de este año, 7.501 a 1 de diciembre de este año -supera en más de 4.000 casos la cifra del año anterior-, han sugerido la implantación de esta estrategia por la que no sólo se vacunaría a la madre, si no que también tendrían que inyectarles una dosis a los abuelos y a los padres de cada niño. Desde el Ministerio de Sanidad, en su informe que revisa el programa de vacunación de la tos ferina, afirman que esta estrategia no se ha implantado porque “no hay suficiente evidencia científica que aconseje su recomendación”
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Autor: Asociación Española de Vacunología
Asociación científica dedicada a la formación e información sobre vacunas destinada a profesionales sanitarios y público en general.