Según un informe de Morbidity Mortality Weekly Report el pasado año fallecieron cinco personas en los Estados Unidos como consecuencia de la rabia, incluyendo tres entre septiembre y noviembre, lo que contrasta con que no se registró ninguno en los dos años precedentes. Los tres casos, dos adultos y un niño, ocurrieron en agosto y a las 3-7 semanas después de mordeduras de murciélago y ninguna de esas personas consultó para profilaxis postexposición. Uno de los fallecidos llevó el animal para estudio y tras confirmarse rabia en el mismo rechazó la profilaxis por miedo a la vacunación.
En 2020 se estudiaron unos 20.000 murciélagos de los que en 1.401 se confirmó la presencia de virus rábico.