Investigadores de las Universidad de Rockefeller de Nueva York, del Instituto Tecnológico de California y del Howard Hughes Medical Institute han publicado en la revista Nature los resultados del análisis de la respuesta inmune de los convalecientes de COVID-19. Para ello reclutaron 111 pacientes recuperados que estaban asintomáticos desde al menos catorce días, 46 contactos domiciliarios asintomáticos, pero con antecedentes de síntomas sugestivos de COVID-19, y ocho controles sin antecedentes de infección. Al comparar con controles, los niveles de IgG e IgM eran mayores en los convalecientes, predominando los de IgG. Entre el 20% y el 30% no tenían títulos superiores a los de los controles. En cuanto al plasma, el 33% tenía títulos neutralizantes (NT50) por debajo de 50, el 79% inferiores a 1.000 y solo dos tenían un NT50 por encima de 5.000. La intensidad de la actividad neutralizante se correlacionó con la hospitalización y con la duración del periodo sintomático.
Para determinar si los anticuerpos monoclonales aparecidos tras la infección tenían actividad neutralizante frente al SARS-CoV-2, secuenciaron 89 de los mismos para identificar a 52 con capacidad neutralizante y dirigidos a aminoácidos específicos del Receptor Binding Domain (RBD) de la espícula S. Estos anticuerpos, presentes en los 157 sujetos, eran independientes de la actividad neutralizante del plasma.
Los autores concluyen que el que los convalecientes desarrollen anticuerpos neutralizantes a pesar de una baja actividad plasmática, sugiere que el humano es capaz de generar anticuerpos frente al RBD y que pueden ser especialmente efectivas las vacunas que selectivamente induzcan anticuerpos dirigidos frente al RBD del SARS-CoV-2.