En la revista Vaccine se ha publicado la experiencia de un hospital griego sobre la administración de la vacuna triple vírica en niños de nueve años de edad de media y afectos de trastornos neurológicos graves, a raíz de un brote que sacudió a ese país durante 2017-2018.
La mayoría presentaban de base un cuadro epiléptico multirresistente a fármacos o trastornos graves del desarrollo. De los que se consideraron elegibles para vacunación, más de la mitad no mostró ningún efecto adverso postvacunal y entre los que se reportaron, se constató fiebre aislada, convulsiones febriles (recibió vacuna tetravírica) y convulsiones afebriles. En ningún caso, y tras doce meses de seguimiento, se agravó la epilepsia ni empeoró la encefalopatía.
Los autores piensan que los beneficios de la vacunación superan sus riesgos, a pesar de que cabe la posibilidad de aparición de convulsiones en aquellos con epilepsia. El riesgo de contraer sarampión durante una epidemia y padecer sus secuelas representa por lo tanto un riesgo mucho mayor, por lo que ponen en valor el adecuado manejo de estas situaciones a través de la vacunación.