En la edición on-line de la revista The Journal of Infectious Diseases y recogido por el portal CIDRAP, se publica un estudio que llega a la conclusión de que las personas de 65 o más años que reciben la vacuna antineumocócica conjugada de trece serotipos tienen menos diagnósticos de COVID-19, menor número de hospitalizaciones y fallecimientos relacionados, aunque si reciben antibioterapia estos beneficios menguan.
Para ello reclutaron a más de 500.000 adultos de una organización de mantenimiento de la salud de los Estados Unidos entre marzo y julio del pasado año, de los que la gran mayoría habían recibido la vacuna. Los vacunados tenían un cociente de riesgo ajustado de 0.65, 0.68 y 0.68 de padecer infección, hospitalización o de fallecer, respectivamente. Esta relación no se encontró para otras vacunas antineumocócicas. El motivo de este efecto protector reside, según los autores, en que la patogenicidad de los virus respiratorios puede modificarse mediante el transporte bacteriano en nasofaringe. Haría falta evaluar si la colonización por neumococo se asocia con respuestas inmunes diferentes al SARS-CoV-2.