La vacuna rusa y las reticencias sobre su seguridad

12/08/2020

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Según la revista Nature, el presidente Vladimir Putin ha anunciado el 11 de agosto que la autoridad regulatoria de Rusia ha sido la primera del mundo en aprobar una vacuna frente al SARS-CoV-2 para su uso masivo a pesar de que la comunidad científica ha condenado esta decisión por apresurada. Este anuncio puede generar un impacto indeseado a nivel global, socavando la confianza de toda la población mundial en las vacunas candidatas.

La vacuna la ha desarrollado el Gamaleya Research Institute of Epidemiology and Microbiology de Moscú y se ha aprobado a pesar de no haber completada la fase III. El Ministro de Sanidad de Rusia ha confirmado que la vacuna se introducirá progresivamente, siendo los sanitarios y los maestros los primeros en recibirla. Hasta donde se conoce por medio de clinical trials.gov, la vacuna se ha administrado a 76 voluntarios, aunque no se han publicado resultados ni preclínicos ni en humanos. La vacuna emplea una plataforma de adenovirus humano 26 que incluye el gen que codifica la proteína spike y se administra en esquema de dos dosis, siendo la primera de Ad26, similar a la de Johnson and Jonhson, y la segunda de adenovirus 5 como la de CanSino Biologics de China.

Hasta ahora se desconocen los planes para la fase III, aunque sí se sabe que el ensayo tendrá lugar en los Emiratos Árabes Unidos y en Arabia Saudí. Varios países latinoamericanos, de Oriente Medio y de Asia ya han solicitado dosis de vacuna.

Muchos inmunólogos de la comunidad científica internacional han expresado sus reticencias a recibir esa vacuna sin haber pasado por la fase III: “están poniendo a la población, especialmente a los sanitarios, en riesgo”, ha comentado Florian Kramme,  inmunólogo de la Icahn School of Medicine at Mount Sinai de la ciudad de Nueva York.


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