En la revista The British Medical Journal se han publicado los resultados de un estudio observacional de cohortes llevado a cabo en el Reino Unido cuyo objetivo era estimar la asociación entre la vacunación y los síntomas de COVID-19 persistente (al menos doce semanas tras la infección) en más de 28.000 adultos de 18 a 69 años con infección por SARS-CoV-2 previa a la vacunación. Los estudiados recibieron al menos una dosis de una vacuna de vectores adenovíricos o de mRNA tras resultar positivos al virus y fueron seguidos una media de 141 días tras la vacunación.
Según las conclusiones del estudio, la probabilidad de tener síntomas de COVID-19 persistente disminuyó tras la vacunación con evidencias de mejoría sostenida tras una segunda dosis y al menos durante 67 días. La vacunación, por consiguiente, puede contribuir a una reducción de la carga de enfermedad, aunque son necesarios estudios con mayor tiempo de seguimiento.