Según una encuesta llevada a cabo entre más de 3.000 médicos rusos, la mayoría de ellos refirió no sentirse cómodos a la hora de recibir la vacuna Sputnik V frente a la COVID-19, ya que no hay suficientes datos que la avalen al no haber completado ésta los preceptivos ensayos clínicos.
La paradoja radica en que serán los médicos los primeros en recibirla, aunque con carácter voluntario. En concreto, el 52% no estaban dispuestos a vacunarse a partir del próximo mes de septiembre, mientras que el 24.5% sí que lo harían. Por otra parte, solo un quinto de los respondedores la recomendaría a sus pacientes, colegas o amigos.
Según el presidente Putin, la vacuna desarrollada por el Instituto Gamaleya es segura y ya la ha recibido una de sus hijas.