Remar todos a una

30/06/2023

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El pasado martes 14 de junio, la Asociación Española de Vacunología fue invitada por la Alianza Mundial para la Vacunación (GAVI) para celebrar un side event centrado en la experiencia de vacunación COVID-19 en España.

En nuestro país, la estrategia de vacunación frente a esta enfermedad fue un éxito reconocido internacionalmente, y las felicitaciones recibidas por los asistentes de la mesa que organizamos volvieron a atestiguarlo. En la mesa redonda organizada por la AEV participaron Aurora Limia, del Ministerio de Sanidad; Josep Lobera, director de gabinete de la ministra de Ciencia e Innovación, y que anteriormente formó parte como profesor de sociología del grupo de trabajo de la ponencia de vacunas para la toma de decisiones sobre la vacunación COVID en España; Abián Montesdeoca, pediatra; y un servidor, Jaime Pérez, presidente de la AEV.

La conclusión a la que llegamos en esta mesa fue que al final salió todo bien, aunque no todo estaba escrito. La opinión pública pasó del escepticismo inicial a la confianza plena en la vacuna, evolucionando favorablemente a lo largo de los meses hasta alcanzar coberturas de vacunación de casi el 95% en la población mayor de 12 años y que llegó a casi el 100% en muchas franjas de edad. Aquí fue clave el trabajo de los distintos agentes involucrados: profesionales sanitarios, medios de comunicación, servicios de salud… y la accesibilidad. Llevamos la vacuna a todos los grupos poblacionales, incluso a los más desfavorecidos, abriendo puntos de vacunación en fines de semana, por las tardes, en horarios flexibles o sin necesidad de reservar cita.

Por su puesto, toda luz tiene sus sombras, y una de las preguntas más repetidas por los asistentes a nuestra mesa fue por qué en algunas dosis de recuerdo no se había conseguido una cobertura de vacunación tan alta como en la primera dosis. Pudo deberse a que, mientras que en el periodo de primovacunación los mensajes que enviamos fueron unánimes y sólidos, después se fueran diluyendo y surgiendo voces discordantes.

La moraleja aquí es que cuando todos remamos a una, somos más capaces de hacer frente a las marejadas.


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